2:40 p. m.
Publicado por
Federico
Se presenta en el renovado Teatro Apolo la comedia musical “La Callas, una mujer”, creación de Mariano Taccagni quien también la dirige, con música original de Gaby Goldman. La pieza nos muestra la carrera de la diva griega, desde su adolescencia hasta el final de sus días, con un tono trágico y pasional.
Por Mariana Fracassi Lazzarini
Calificación: ★★★★★
El personaje de María Callas, y más teniendo en cuenta cómo está planteada esta comedia, es de gran atractivo para las artistas reconocidas, aunque la exigencia vocal que éste demanda puede desanimar a la mayoría. En esta puesta es interpretado por Carolina Gómez, una artista con muy buena formación y experiencia en el género, quien logra momentos memorables, sobre todo al final de la obra. Esta puesta marcará sin lugar a dudas el despegue de una prometedora carrera, Carolina cuenta con las aptitudes y la juventud para lograr ser, al igual que el personaje que interpreta, una gran diva nacional.
Los demás integrantes del elenco, que no es muy numeroso, la acompañan con un nivel interpretativo muy alto. Tiki Lovena esta maravillosa en su papel de Evangelina, madre y mentora de La Callas y Ricardo Bangueses interpreta a Aristóteles Onassis, el gran amor de su vida. Ambos son pilares en la narración de la historia y en el sustento dramático en escena. En el mismo tenor participan Cristina Durán, en el papel de Elsa Maxwel (crítica teatral y amiga de La Callas), Martha Galvé, como Vasso (gran pianista de la época y amiga), Pamela Tello, como Bruna, y Alejandro Vásquez como Ferruccio (ambos asistentes de María), Gonzalo Almada, como el periodista y Magalí Sánchez Alleno, como Biki.
“La Callas…” es resultado de la autogestión por parte de los artistas que la llevan adelante. No tiene el presupuesto de los grandes musicales internacionales pero esta falta no atenta en la factura final. La escenografía es minimalista, utilizando incluso los elementos propios del escenario como parte de la misma. El vestuario le corresponde de igual manera, sólo María Callas tiene cambios, en tanto los demás artistas utilizan sólo accesorios, todos de muy buena calidad. El escenario no se llena con objetos ni con vestuarios fantásticos, sino con talento, y éste es tanto que prescinde de todo lo demás. La puesta de luces es correcta y muy bien cuidada.
El libro de Mariano Taccagni, seguramente en su búsqueda de la sobriedad, cae por momentos en una marcada economía de recursos que de no existir podría haberle dado más elegancia a la obra, pero en cuanto a su estructura está muy bien planteado, la historia se entiende y es muy ágil. La música original y dirección musical de Gabriel Goldman es correcta, acompaña la puesta. En lo personal me hubiera gustado que fuera más jugada, sobre todo en las partes en donde la lírica gana terrero sobre la comedia musical, cuenta con el conocimiento, el talento y los músicos para hacerlo. Creo que ambos creadores priorizaron la sobriedad, que se agradece porque el resultado obtenido es exquisito, pero el personaje principal y la calidad de los cantantes seleccionados daban para ir un poco más allá.
“La Callas, una mujer” es una de las puestas más elegantes del teatro nacional.
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